Gloria Redondo:

“En el fútbol base el objetivo es disfrutar y divertirse”

Diciembre de 2019

A Gloria Redondo (23) le gusta el fútbol y su trabajo como psicóloga deportiva se está notando en los pocos meses que lleva trabajando con la EDM San Blas. Su método parece fácil y sencillo, primero habla con los entrenadores y analiza las necesidades de cada equipo para después consensuar con el grupo el programa de trabajo. En esta entrevista analiza la etapa infantil, adolescente y juvenil, las motivaciones, la concentración, la resolución de conflictos, las relaciones entre los compañeros y los objetivos de la temporada, entre otros muchos temas que interesan a nuestros jugadores y familias.

Gloria Redondo, psicóloga deportiva
Gloria Redondo, psicóloga deportiva

P.- A rasgos generales, ¿en qué consiste la psicología deportiva?

R.- La psicología deportiva consiste en el trabajo de las variables psicológicas (concentración, autoconfianza, gestión de los nervios, motivación) para mejorar el rendimiento de los jugadores tanto en entrenamientos como en competición. Al igual que los entrenadores trabajan el aspecto técnico-táctico y los preparadores físicos se centran en mejorar lascualidades físicas, los psicólogos deportivos nos ocupamos del aspecto mental, muchas veces olvidado pero igual de importante que los anteriores en el rendimiento deportivo.

Uno de los aspectos más interesantes de la psicología deportiva es que se trabaja en el campo con el equipo mediante juegos y dinámicas. La psicología deportiva no tiene nada que ver con la psicología clínica, no tratamos personas con problemas psicológicos. Queremos acabar con el tópico de que el psicólogo solo es para personas que tienen un trastorno psicológico. Eso no es así, la psicología se puede aplicar a muchos contextos (clínicas, empresas, colegios, equipos deportivos), entre ellos está el ámbito del deporte y la actividad física.

P.- ¿Cómo se aplica a deportes como el fútbol base?

R.- La psicología del deporte se puede aplicar a los tres niveles de rendimiento deportivo (base, tecnificación y alto rendimiento) solo que las necesidades serán diferentes en cada caso. En el fútbol base el objetivo principal es divertirse. Tiene que haber un componente competitivo y esforzarse por conseguir unos objetivos determinados porque los equipos compiten dentro de una liga, pero tiene que primar el componente lúdico y el disfrutar del fútbol. Si se pierde esto, la motivación y confianza del futbolista disminuirá y existe el riesgo de que el jugador desarrolle lo que se conoce como burnout (“estar quemado”), un estado parecido al estrés crónico.

Los psicólogos deportivos en el fútbol base trabajamos principalmente con los equipos o con los futbolistas individualmente pero también es muy importante trabajar en la relación futbolista – entrenador (comunicación, gestionar el no ser titular, técnicas de resolución de conflictos) y la relación futbolista – padres (reforzar la figura de los padres como un modelo educativo positivo para los chicos).

P.- ¿Cómo se gestionan los equipos en la difícil etapa de la adolescencia?

R.- Es esencial adaptarse a cada grupo de edad y sus características adaptando la forma de hablar, la complejidad de las dinámicas y los objetivos de trabajo a cada categoría para garantizar que los chavales entiendan qué estamos trabajando y por qué es importante trabajar una determinada variable psicológica. Con los alevines funcionan muy bien los juegos de concentración y de expresión emocional porque les ayuda a focalizar la atención y canalizar sus emociones. Con los infantiles y cadetes hay que hacer hincapié en la comunicación y cohesión grupal porque en esas edades los adolescentes tienden a encerrarse en ellos mismos y ser individualistas. Con los juveniles hay que seguir reforzando la comunicación y cohesión, y es interesante el tema de la orientación laboral ya que con esas edades terminan el instituto y muchos de ellos tienen dudas respecto a cómo orientar su vida.

Gloria Redondo, psicóloga deportiva

P.- ¿Cómo ayuda la psicología deportiva a alcanzar metas u objetivos deportivos?

R.- El trabajo psicológico influye de manera positiva en el rendimiento y es capaz de marcar la diferencia entre competir al 100% y no hacerlo. Con el trabajo psicológico se adquieren habilidades (comunicación, concentración, control de los nervios) que los jugadores aprenden y ponen en práctica en momentos importantes para resolver una situación. Para que el trabajo psicológico sea efectivo es necesario que el jugador ponga de su parte y se esfuerce, el psicólogo enseña la técnica pero si la persona no la pone en práctica y no es capaz de aplicársela a sí misma, difícilmente sentirá todos esos beneficios. Además, el trabajo tiene que ser constante y paciente, los avances normalmente no son inmediatos porque hay que construir habilidades desde cero, pero ahí están y si existe motivación y compromiso por seguir mejorando, mayores serán los beneficios psicológicos y más duraderos los progresos.

P.- ¿Cómo funciona la concentración, atención, motivación, la presión por los resultados?

R.- Las variables psicológicas pueden marcar la diferencia entre competir al máximo de nuestras posibilidades y quedarnos a medias. En el caso de la concentración y la atención, el hecho de salir dormidos o estar pendientes de lo que pasa en la grada es algo negativo para el rendimiento del jugador. El equipo tiene que estar atento a lo que está sucediendo en el terreno de juego, si se está pendiente de otras cosas fuera del partido, los jugadores no encontrarán su posición en el campo, no podrán anticiparse al rival y perderán más veces el balón. Una situación muy típica es cuando en el equipo falla la comunicación, el balón se cruza entre dos jugadores pero ninguno avisa al otro que va a por el balón por lo que el balón pasa entre ellos dos y es un pase que el rival recupera.

Además, un fenómeno muy interesante es la relación entre activación y rendimiento, es igual de negativo en un partido salir muy poco activado (dormido) o excesivamente activado (muy nervioso), lo ideal es encontrar ese punto medio que nos permita estar despiertos y atentos pero sin llegar a estar muy nerviosos y que nuestros nervios nos jueguen una mala pasada.

P.- ¿Es posible gestionar las derrotas y las victorias?

R.- Es tan importante saber gestionar las victorias como las derrotas, para esto es fundamental ser capaz de relativizar los resultados: ni somos los mejores por ganar, ni somos los peores por perder. Hay que tener claros los objetivos que nos hemos marcado a principio de temporada y utilizar los resultados para saber en qué medida nos acercamos o alejamos pero evitando dar un valor excesivo a cada partido, las temporadas son muy largas y no podemos controlar cómo compiten nuestros rivales por lo que obsesionarnos con los resultados lo único que hace es desviar la atención de nuestros objetivos.

En este aspecto los entrenadores juegan un papel muy destacado. Los entrenadores son los referentes y modelos para los jugadores, la forma de reaccionar de un entrenador a una derrota (como un fracaso o como una oportunidad para mejorar) determinará cómo los jugadores valoren el resultado.

^Psicología deportiva

P.- Los líderes de los equipos, aceptar jugar pocos minutos, saber encajar goles los porteros…

R.- Los líderes y capitanes son una pieza clave de cualquier equipo. Estos jugadores ejercen una influencia sobre el resto de jugadores y dependiendo de si esa influencia es positiva o negativa tendrá unas consecuencias más beneficiosas o perjudiciales para todo el equipo. En todos los equipos no solo existe la figura del capitán, también existe un líder social aquel jugador que se encarga de poner la música en el vestuario, animar al resto de jugadores y crear un ambiente positivo. Un mismo jugador puede ser capitán y líder social pero lo habitual es que sean jugadores diferentes. Mientras que la figura del capitán es más asignada y formal, el líder social surge de manera más espontánea pero tiene un papel fundamental en mantener al equipo unido. Trabajando tanto con capitanes como con los líderes sociales para que estos con sus comportamientos tengan una influencia positiva en el resto de jugadores se consigue que el equipo se mantenga unido y alcance sus objetivos de manera coordinada.

El jugar pocos minutos es un asunto delicado tanto para jugadores, entrenadores como padres. Por un lado los jugadores que sienten que no juegan lo que deberían tienden a pensar que es injusto o que el entrenador tiene algo personal en contra de ellos. En estos casos es fundamental que la comunicación entrenador – jugador sea buena y que sean capaces de resolver cualquier malentendido. Los jugadores tienen que comprender que no pueden jugar todos los mismos minutos y que las decisiones que toma el entrenador son en base al beneficio del grupo y no a beneficiar o perjudicar a un jugador en particular. Además, en este aspecto los padres tienen un papel muy importante, deben mostrarse como figuras de apoyo y comprensión pero deben evitar competir con el entrenador o meterse en decisiones tácticas. Esto lo único que genera en el jugador es un conflicto entre dos personas de autoridad muy importantes para él: su entrenador y sus padres.

En cuanto a los porteros, estos tienen unas características psicológicas que los hace únicos respecto a los demás jugadores. Los porteros siempre están en el foco de atención y muchas veces se les culpa de la derrota del equipo. Es fundamental trabajar con ellos la velocidad de reacción, la toma de decisiones bajo presión, gestión y control de los nervios y eliminar pensamientos negativos tipo “hemos perdido porque he fallado” o “no soy capaz de parar un penalti”. Los porteros son jugadores especiales pero el resultado del equipo es responsabilidad de todos los jugadores.

P.- ¿Se puede complementar el fútbol con los estudios sin afectar a las notas?

R.- Personalmente creo que son perfectamente compatibles los estudios e ir a todos los entrenamientos de la semana, los entrenamientos no quitan más de 5 horas a la semana. Para que los jugadores puedan ir bien en los estudios y no faltar un entrenamiento es fundamental que se establezcan un horario de estudio y adquieran buenos hábitos de estudio. Soy partidaria de que para tener más tiempo para estudiar sacrifiquen otras actividades (jugar a la Play, salir con los amigos, redes sociales) en lugar del fútbol.

El fútbol es algo más que una actividad extraescolar. En cada entrenamiento no solo adquieren habilidades técnicas de fútbol, también adquieren habilidades psicológicas que les puede ayudar en los estudios. Los entrenamientos ayudan a mantener la concentración, gestionar la frustración, enseñarles a esforzarse para conseguir sus metas; pero también el fútbol, al ser un deporte de equipo, es una actividad socializadora que desarrolla las habilidades comunicativas y enseña a trabajar en equipo.